(Segunda parte)
La xenofobia no se termina
Y hay que remontarse a los orígenes de uno y otro. Los argentinos, que inicialmente descendían de los indios (una de sus razas llamada Comechingones), recibieron la escoria de España e Italia, encontrando como resultado de tan brutal combinación, el famoso mamón (lo duro del español y lo gritón del italiano).
Claro que también recibió judíos, árabes, alemanes, ingleses y franceses, en marcadas diferencias.
Por su parte el mexicano, sintiendo hasta el día de hoy en lo más profundo de su ser que sus indios fueron mezclados por la fuerza con los conquistadores españoles, quisiera encontrar una respuesta para entender su compleja existencia, ingresando hasta lo más íntimo de su ser, en un recorrido que pareciera resultar infinito.
El análisis podría alcanzar extremos interminables, con la cuestión geográfica, saltando a la vista que Argentina limita con Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay, en lo que ha sido un intercambio constante de culturas, sin que se hable tanto de la condición de extranjero. A lo sumo, si un foráneo fue cuestionado podría mencionarse al portero paraguayo José Luis Chilavert, más por sus exabruptos ante la prensa que por su condición de foráneo. En tanto México ve al norte a Estados Unidos como un rival histórico en lo social y deportivo, y a Guatemala en la región sur como un vecino menos mediático.
Pero las diferencias de países siempre están y en un Mundial se pueden acentuar más. Al mexicano le salta el aspecto brutal, como al mejor cavernícola, en cualquier conversación de café, en la calle, el metro o el trabajo, demostrando un rechazo al extranjero que contrasta enormemente con su calidad de anfitrión. Cada tanto resurge la xenofobia, invitada inesperada en el libreto. Y el argentino, que también viene mirando al interior de su ser con un ímpetu desmedido, no repara en costumbres y delicadezas, aumentando su fama de arrogante.
Los paralelos y las diferencias están a la orden del día. Una encuesta publicada recientemente por el diario Clarín de Buenos Aires, mostró a las diez mexicanas más queridas en Argentina, con el siguiente orden: La Chilindrina, Thalía, Salma Hayek, Paulina Rubio, Chavela Vargas, Doña Florinda, Verónica Castro, Lila Downs, Gloria Trevi y Paquita la del Barrio. Sumando a actores, cantantes, mariachis y productos alimenticios, la penetración de México en Argentino ha resultado más que productiva y compensatoria con el recibimiento azteca a sus pares sudamericanos.
Así las cosas, habrá un reencuentro mundialista para esta licuadora de sentimientos. Con el cotorreo entre el Presidente Felipe Calderón y la Embajadora argentina Patricia Vaca Narvaja en la previa, sobre quién puede ganar; la opinión del entrenador Ricardo Lavolpe, cuyo deseo es que se imponga el Tricolor, luego de haberlo dirigido en Alemania 2006; los integrantes de familias de los dos países, el recuerdo de la Influenza, y tantas otras telarañas que no hacen más que arruinar una relación, por ahora distante, como los miles de kilómetros que hay entre los dos países.
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